Climadonna D3 Suplemento Menopausia 30 Comprimidos

Un equilibrio rítmico, una alternancia fisiológica acompañan toda la vida de la mujer y la caracterizan tanto a nivel físico como emocional: es la naturaleza cíclica de las hormonas. En el período de transición de la fertilidad a la menopausia, los niveles de estos importantes compañeros de viaje se vuelven impredecibles y van acompañados de perturbaciones variables, antes de estabilizarse en valores constantes, favoreciendo un nuevo equilibrio. Estas hormonas, más allá de su función reproductiva, regulan toda la dimensión psicofísica femenina y a su vez están influenciadas por el estilo de vida, la nutrición, el estado emocional y psicológico. Todo esto afecta la vida de cada mujer de una manera absolutamente única: por eso la menopausia de una mujer es tan personal, como una huella digital, es "su propia menopausia".

Trastornos "visibles". Los sofocos son el enemigo más visible de la menopausia, el trastorno del que se quejan la mayoría de las mujeres. Son una sensación de gran calor, que envuelve la parte superior del cuerpo: cara, cuello, pecho. Estas ondas de "calor" suelen ir acompañadas de aumento del ritmo cardíaco, dificultad para respirar, temblores en las manos y sensación de desmayo. A veces también hay sudoración excesiva, a menudo por la noche. Pero no solo. El desequilibrio de los niveles hormonales durante la menopausia afecta la funcionalidad orgánica general, la eficiencia del sistema nervioso y sus neurotransmisores, las endorfinas y la serotonina. He aquí el principal origen de la vulnerabilidad emocional extrema: desde la variabilidad del estado de ánimo hasta la alteración del ritmo sueño-vigilia. Los trastornos "invisibles". Si los sofocos representan el enemigo visible de la menopausia y, por tanto, el más considerado, la disminución de la densidad ósea es sin duda el enemigo invisible más sutil y a menudo subestimado. Si es cierto que a partir de los 40-45 años tanto hombres como mujeres experimentan una reducción paulatina de la masa ósea, en las mujeres en el momento de la menopausia el proceso se acelera. La naturaleza nos ofrece sustancias vegetales con la extraordinaria característica de inducir respuestas biológicas en el organismo humano y con la capacidad de imitar las acciones de los estrógenos endógenos, de los cuales tienen una estructura química muy similar: se trata de la gran familia de los fitoestrógenos. Utilizadas como complementos nutricionales, estas sustancias son capaces de ejercer efectos similares a los de los estrógenos, aunque con una potencia biológica mucho más limitada. El interesante papel protector que se les atribuye se manifiesta con una auténtica acción reequilibrante de la tasa estrogénica total, desprovista de cualquier efecto secundario. Esto se debe a la capacidad de modular selectivamente receptores específicos.